La ira por bonificaciones puede malograr planes de Obama

Publicado por david millan viernes, 20 de marzo de 2009

El intento del presidente Barack Obama de aprovechar la ira del público en cuanto a las bonificaciones pagadas por American International Group Inc. puede perjudicarlo a él ya que los republicanos tratan de canalizar esa furia hacia la Rama Ejecutiva.

Bloomberg News | Por Hans Nichols
Obama defendió hoy al secretario del Tesoro Timothy Geithner de las críticas de los congresistas republicanos, algunos de los cuales han amenazado con obstruir todo nuevo rescate de compañías en aprietos. El presidente dijo que Geithner ha tomado “todas las medidas correctas” respecto a AIG y la crisis financiera.

El furor público por los US$165 millones que AIG pagó a sus empleados en concepto de bonificaciones da a los críticos del Gobierno una nueva arma para frustrar los programas de Obama, desde su presupuesto hasta los planes de reglamentar los mercados financieros. También ha dado lugar a una nueva serie de propuestas legislativas para castigar, y potencialmente para gravar, a los ejecutivos que reciban bonificaciones en empresas rescatadas por el Gobierno.

“Hace dos semanas, el vocero del presidente dijo que estaban seguros de que sabían cómo se gastaba cada centavo en AIG”, dijo ayer el líder de la minoría republicana en la Cámara de Representantes, John Boehner, de Ohio, a los periodistas. “No sabían de lo que estaban hablando”, dijo Boehner.

“Esto es escandaloso, y pienso que el pueblo estadounidense está furioso con razón”.

Los dirigentes republicanos del Congreso dijeron que Geithner y los funcionarios de la Casa Blanca deberían haber tenido conocimiento de las bonificaciones antes y haber tomado medidas al respecto más pronto. También se están valiendo de las revelaciones sobre AIG para argumentar que el Congreso debería oponerse a todo rescate futuro.

´Que no haya más rescates´

El congresista Mike Pence, de Indiana, tercero en la jerarquía republicana en la Cámara, dijo que como primer paso, su partido debería decir: “Que no haya más rescates”.

Geithner dijo a los dirigentes legislativos ayer que se cerciorará de que los contribuyentes no carguen con la cuenta de las bonificaciones de AIG e indicó que el cierre de las actividades especulativas de la firma se acelerará.

“Continuaremos nuestros esfuerzos decididos de resolver el estatus futuros de AIG de una manera que reduzca los riesgos sistémicos a nuestro sistema financiero y minimice las pérdidas de los contribuyentes”, escribió Geithner en una carta a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y otros legisladores. “Exploraremos todas las formas de acelerar este proceso de clausura”, añadió, refiriéndose a la reestructuración que ya se está llevando a cabo en la aseguradora.

Dijo que el Gobierno forzará a AIG a pagar al Tesoro la cantidad de primas de permanencia que acaba de desembolsar.

´Bonificaciones inaceptables´

El secretario de prensa de la Casa Blanca, Robert Gibbs, dijo que Geithner llamó al jefe ejecutivo de AIG, Edward Liddy, la semana pasada “para comunicarle que pensábamos que las bonificaciones eran escandalosas e inaceptables”. Gibbs dijo que el Congreso no debiera “dudar de la sinceridad” del descontento del Gobierno.

Geithner se enteró de las bonificaciones el 10 de marzo y conversó con Liddy al día siguiente, según un funcionario del Ejecutivo que pidió mantener el anonimato.

A Obama se le informó de las bonificaciones el 12 de marzo, antes de que las pagaran. Una vez desembolsados los fondos, el presidente ordenó a sus equipos económico y jurídico que determinaran si había una forma de recuperar el dinero, según el ayudante.

Obama dijo hoy que las bonificaciones demuestran que hace falta una “autoridad resolutoria” que supervise a las entidades rescatadas por el Gobierno. Tal autoridad tendría poderes semejantes a los que la Corporación de Seguro de Depósitos (FDIC, por su sigla en inglés) tiene sobre los bancos, dijo Obama en la Casa Blanca antes de partir para California, donde planea pasar dos días.

Algunos legisladores se están apresurando a responder al clamor público. El senador demócrata Max Baucus, de Montana, y el republicano Charles Grassley, de Iowa, los máximos dirigentes de la Comisión de Finanzas del Senado, propusieron impuestos de hasta el 70 por ciento sobre las compañías e individuos que obtenga bonificaciones en firmas que reciben ayuda federal.
El impuesto se aplicaría a las bonificaciones superiores a US$50.000 pagados a partir del 1 de enero del 2009, y a la cantidad total de cualquier sobresueldo de retención o permanencia, dijeron los dos senadores.

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